Tope y Cuña: Madera, talla y tradición
Tope y Cuña es sinónimo de madera y de tradición a la hora
de trabajarla. Cada pieza de madera es el resultado del trabajo a mano del
ebanista y, por tanto, cada pieza es ya de por sí original y diferente. La
madera es una materia prima viva y tan versátil como sus múltiples propiedades.
Cada trozo de madera esconde una pieza, un objeto, algo tan útil como práctico
y decorativo, porque la madera, además de otras características, también es un
material tan bello como generoso al trabajar. Maderas resistentes, estables, de
buen acabado. Maderas como el castaño, el haya o el roble, entre otras.
Tope y Cuña no solo recupera piezas tradicionales –baúles de
madera, tajuelas, plumieres, lavaderos, muebles de oficio, entre otros-, sino que apuesta por la tradición en
cada paso del proceso de elaboración. Precisamente, una de las señas de
identidad del trabajo de Tope y Cuña son los ensambles a cola de milano manual,
una de las técnicas más antiguas, pero también más fiables.
Piezas, en definitiva, con un diseño cuidado, para que
destaquen entre el resto, lo que confiere un valor añadido a la decoración de
la casa. Trabajo en madera que se aúna con la talla (talla geométrica y
pastoril), una técnica decorativa que ha perdurado con el paso del tiempo,
alejada de los vaivenes y de los cambios de tendencia y estilo.
“Las gentes que nos dejaron sus paisajes tenían escaso tiempo para crear. Sin embargo, el poco que tenían se dedicaba a dar vida a objetos útiles (cucharas, sillas, muebles, costureros, especieros, cajas para la navaja de afeitar…), heredados de una tradición a menudo remota”.
Y de una pieza grande a una pequeña, como el plumier, uno de los objetos que han marcado una época en las aulas y en las mochilas. Y entre libros nos quedamos en este recorrido por el trabajo de Tope y Cuña, con los atriles a medida. Atriles de mesa, de exposición, tallados…
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