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Historia del mueble (2): La Edad Media


Durante la Edad Media es habitual utilizar como refuerzos clavos de madera, sin cola, aunque con el paso del tiempo también se incorporan las uniones de tablas con planchas de hierro. Su decoración se inspiraba en motivos arquitectónicos (columnas, arcos…). Para el ensamblaje, con el tiempo, los artesanos desarrollaron nuevas técnicas que culminaron en la construcción a base de cuarterones o entrepaños (muebles en forma de caja). Por ejemplo, la cama-armario era un mueble cerrado por los lados, para protegerse del frío. La parte superior e inferior, en forma de armario, se utilizaba para guardar ropa.


El mueble durante la Edad Media indicaba la posición social. Los mejores y más fuertes, reservados a la clase adinerada, se hacían con madera de roble. Además, las condiciones de vida de la época obligaban a que fueran escasos y sobre todo que se pudieran transportar fácilmente. A la hora de colocarlos en las dependencias de los castillos, su ubicación era la zona periférica de la habitación. De todos, el arcón fue el más corriente y se utilizaba para transportar mercancías y para guardarlas. Las cerraduras podían tener importancia ritual, sobre todo cuando pertenecían a un gremio o corporación.

En la Edad Media, los armarios ya estaban provistos de barras o colgaderos para la ropa, con lo que resultan ser el equivalente de los roperos modernos, aunque el uso más frecuente de los armarios en esta época fue para guardar documentos, eclesiásticos o no. La importancia de la silla como símbolo de autoridad también es fácil de comprender, puesto que ha llegado hasta nuestros días. Los más corrientes, no obstante, eran los taburetes y los bancos.

Mueble Románico
El arte románico deriva de la tradición artística romana, con aportaciones germánica, bizantina e islámica. El mobiliario de esta época nos ha llegado a nuestros días a través de las pinturas y miniaturas de los códices, aunque se conservan algunas piezas procedentes de iglesias y monasterios, así como de castillos y palacios de la nobleza eclesiástica y laica.


Los muebles, al igual que los edificios, se vuelven más toscos y macizos y responden a las necesidades prácticas de la vida, con una decoración estilizada de flora y fauna o de figuras fantásticas. La madera es el material básico: pino, tilo, nogal, roble y el castaño. En esta época, se utilizaba la madera de la que se disponía en el lugar: Así, en España, el nogal y el castaño serán las maderas más utilizadas para los muebles. Por su parte, en el norte de Europa se utiliza principalmente el roble y en el sur, el abeto rojo, el pino y el alarce.

Entre las técnicas utilizadas, lo más habitual es ensamblar a escuadra, con clavos y reforzados en hierro. Pero el mueble románico también está construido con torneados de sección gruesa, gracias a la utilización de tornos manuales y bastrenes. En el siglo XII el perfeccionamiento de la carpintería hace ganar protagonismo a las maderas más ricas. Así, por ejemplo, los muebles mudéjares, españoles y sicilianos, son de una exquisita laboriosidad, formando en el chapeado complicados dibujos geométricos.



El mueble románico por excelencia es el arcón o arca. Sirve de mesa, banco o incluso de armario. La tapa es casi siempre plana, aunque a veces tenga forma de tejado. En España, el más conocido es el arcón de Astorga, cubierto en forma de tejadillo policromado. 

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Mueble gótico

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